~ Está demostrado que mantener un peso ideal es vital para incrementar las posibilidades de éxito en la búsqueda del embarazo.
~ Perder unos kilos o ganarlos puede llegar a ser la única solución para concebir, sobre todo en las mujeres.
~ Un IMC (índice de masa corporal) de entre 20 y 24 en mujeres es lo óptimo para lograr un embarazo.
En muchas ocasiones, la solución al problema de infertilidad es más simple, económico y obvio.
La grasa acumulada en tus muslos, caderas o abdomen es metabólicamente activa, las células grasas de tu cuerpo se comunican con él a través de las hormonas leptina e insulina diariamente.
De esta forma, tu cerebro sabe cuánto se ha acumulado y qué cantidad es capaz de reemplazar por nutrientes y así mantener un embarazo o dar el pecho a un bebé.
La hormona grelina se segrega a través de las paredes del estómago y es la responsable de comunicarse con el cerebro para iniciar la liberación de la hormona del crecimiento y estimular el apetito.
El cuerpo monitoriza el peso y sabe que si no hay grasa suficiente para llevar a cabo un embarazo, no será factible la concepción.
Debes fijarte en tu IMC para saber si tu cuerpo está dentro de los límites óptimos.
• Puedes calcularlo fácilmente dividiendo tu peso por el cuadrado de tu altura en metros.
• Si tu IMC está entre 25 y 27 las posibilidades se pueden ver reducidas.
• Si tu IMC está entre 17 y 19, las probabilidades de ser sub-fértiles se acentúan si tu periodo sea irregular o ausente.
En este caso, aumentando unos kilos de peso para alcanzar el IMC de 20, las posibilidades aumentan significativamente.
Si tu IMC supera el 28, tienes un riesgo importante de ser infertil.